La noche cada vez mas dejaba apreciar aquella hermosa luna, de la cual con su luz iluminaba todo el paramo, aquella noche me quede en vela, aunque parezca extraño decidí ir a las afueras de mi hogar a disfrutar de tal regalo, tan solo con una capa oscura, salí y me fui al gran árbol, escale a una de sus ramas más fuertes, ya que este pobre tenía muchos año enzima y por lo tanto parecía frágil, pero no lo era, era es único árbol del paramo, entonces pensé, como se sentía un árbol al estar solo, bueno se me vino a la mente que como podía estar solo el árbol, aunque me pregunte luego, acaso los árboles están muertos, es obvio que tiene vida pero……. En realidad no sé si piensen o no, nueva mente recurrí a lo que me dijo Mago hace no mucho tiempo, un amigo muy sabio, es como mi hermano, pero como seguía diciendo, mientras tanto me movía en la rama con los helados vientos de la noche seguí pensando………
En tanto por el paramo se me acercaron los 3 caballos que dominaban esas tierras, siempre he tenido buena relación con los animales, como decía mi viejo amigo el caballero de plata, que yo podría haber sido un muy buen druida, y después de eso, me Baje del árbol y me quede meditando al lado del árbol los tres caballos, tormenta luz y sombra, la suave brisa me golpeaba y a los caballos también, lo que odio de mi mismo es que recuerdo constantemente cosas del pasado y me atormentan, “maldito corazón humano, me gustaría arrancarte para no tener que sufrir más”. No se puede rechazar como somos ni quiénes somos porque todo lo que somos es lo que fuimos y seremos, eso me dijo una persona la cual no me la puedo sacar de mi conciencia, tan bellas y a la vez malvada, sobre todo malvada, en fin, mientras las horas desaparecían yo debía irme, ¿dejaría al árbol solo? Claro que no, porque el destino del árbol es ser así, recibió el don de no pensar, y por lo tanto tiene la suerte de no sufrir por nada.